El granado, un árbol hecho corona.
Estamos en época de floración del granado (Punica granatum). El campo y los jardines se llenan de tintes rojizos. La amapolas tienen algo que ver. También el granado.
Este árbol ha estado presente en la cultura mediterránea desde el comienzo de la historia. Ya en tumbas egipcias se encuentran referencias al mismo. Pero es la tradición judía y, posteriormente, la cristiana la que ha cargado de simbolismo al jugoso fruto.
Una de las leyendas más bonitas quizá sea la que relaciona la de su creación con la pasión de Cristo. Cuenta que un apóstol, que veía desde lo lejos el camino al Calvario de su maestro, por miedo a ser apresado, iba recogiendo en la distancia las piedras que se manchaban de la sangre de Jesús. Las guardaba en una pequeña bolsa de tela. Por la noche, reunido con sus compañeros, la sacó para enseñársela y descubrió que el contenido se había transformado en un fruto desconocido de piel dura e interior sanguino y jugoso.
Ya en el Antiguo Testamento se relacionó este fruto con la bendición del amor divino. De tal manera que se adornaban los capiteles de las columnas del destruido templo de Salomón con abundantes granadas. De ahí a su utilización como símbolo regio había un solo paso.
También en el Antiguo Testamento es nombrado en el Cantar de los Cantares como símbolo de la fertilidad y de ahí que se utilizara como regalo en las bodas judías para desear fecundidad a la pareja.
Los artistas recogieron el carácter simbólico del fruto y lo utilizaron en representaciones de la Virgen María con el niño, como símbolo de la castidad de la madre y de la resurrección del hijo.
Pero una de las tradiciones más bonitas es aquella que cuenta cómo el rey Salomón, deseoso de representar la bendición de Dios sobre su propia persona, encargó a sus orfebres que realizaran un adorno corporal adecuado a su rango. Tras muchas diatribas decidieron que lo más adecuado sería un adorno para la cabeza. ¿Y que mejor que una parte del divino fruto? el cáliz de puntas triangulares fue la parte elegida. Sin saberlo, habían creado uno de los símbolos regios con más importancia en la historia de la humanidad.
La próxima vez que dibujes una corona piensa, que quizá, estas dibujando la flor del granado.
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